Los colegios serán inundados de jugos, igual de
nocivos que las gaseosas. La autorregulación es un engaño.
Como lo mencioné en mi
nota anterior, uno de los compromisos que asumió la industria de bebidas agremiada en la ANDI, el pasado 19 de mayo fue: ”Comercializar exclusivamente en escuelas primarias las siguientes
bebidas: agua mineral y potable tratada, jugos
100 % de fruta, bebidas cuyo contenido de fruta sea superior o igual al
12 % y bebidas a base de cereal, salvo que sean solicitadas específicamente por
o con el acuerdo de la administración de cada colegio para propósitos
institucionales, educacionales o informativos.” (Fuente: http://www.andi.com.co/Paginas/Ver_Mas.aspx?CustomID=1064)
Con el propósito de
realizar una simple exploración acerca de los jugos que declaran ser 100% naturales,
visité un supermercado cercano a mi apartamento. Inmediatamente fijé mi
atención en el producto de la compañía Postobón denominado “HIT 100% jugo de
naranja” y a renglón seguido y en letra muy pequeña se mencionaba “con otros
ingredientes adicionados”.
Uno de los aspectos
que me sorprendió de forma inmediata cuando revisé el etiquetado nutricional de
este producto, fue el alto nivel de azúcar: 20 gramos por cada 240 mililitros. Adicionalmente,
no se declaraba el contenido de fibra. A partir de este hallazgo, comencé a
revisar detenidamente otra información adicional que me pudiera orientar. En un
texto ubicado en la parte lateral del producto encontré los siguientes
ingredientes: concentrado de fruta, azúcar y ácido ascórbico. En una letra más
pequeña se mencionaba: no es una fuente significativa de fibra.
La información de esta
bebida es completamente engañosa y la diferencia entre una naranja y este menjurje
es enorme. Es claro que la industria está tentada a ofrecer las mismas bebidas
con calorías vacías en colegios. Es importante mencionar, que este tipo de jugos está
claramente vinculado con un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes
mellitus (1,2). Su efecto biológico nocivo es muy similar al de una gaseosa
convencional.
No debemos engañarnos.
No es función de la industria velar por la salud pública. Esta tarea le
corresponde a la sociedad civil y al Estado. Es urgente implementar un impuesto
del 30% a todas las bebidas azucaradas en Colombia. Debemos igualmente, persistir en
nuestros esfuerzos de promocionar contextos que favorezcan el consumo de agua no
embotellada y alimentos no procesados. Debemos aprender de sociedades
latinoamericanas que están padeciendo el flagelo de la obesidad y la diabetes
mellitus tipo 2.
Referencias
1) Imanura F, O'Connor L, Ye Z1, Mursu J, Hayashino Y, Bhupathiraju
SN, Forouhi NG.
Consumption of sugar
sweetened beverages, artificially sweetened beverages, and fruit juice and
incidence of type 2 diabetes: systematic review, meta-analysis, and estimation
of population attributable fraction. Br J Sports Med. 2016;50(8):496-504.
2) Xi Bo, Li S, Liu Z, Tian H, Yin X, Huai P, Tang W, Zhou D, Steffen LM. Intake of Fruit Juice and Incidence of Type 2 Diabetes: A Systematic Review and Meta-Analysis. PLOS ONE. 2014;9(3):e93471.