sábado, 17 de septiembre de 2016

Industria de bebidas explota comercialmente a la población infantil, mientras la SIC censura anuncio a favor de la salud pública

Luis Fernando Gómez, MD, MPH.

Me he enterado a través de varios familiares, que desde hace algunos días se está emitiendo en canales de televisión colombianos, un anuncio publicitario que promociona el consumo del producto SunTea, utilizando niñas y niños menores de 12 años (ver video en este vínculo: https://www.youtube.com/watch?v=xHffYunbQFE). Este tipo de comerciales no es, desafortunadamente, algo nuevo en Colombia, e indica como la industria de bebidas azucaradas sigue explotando comercialmente a la población infantil, con el propósito de incrementar las ventas de productos que tienen claros riesgos para la salud humana (1-12).

Resulta ilustrativo describir algunos de los contenidos de este comercial. Inicia con el siguiente mensaje: “Sabes qué le gusta a tus hijos de las gaseosas?” Posteriormente, dos niños y una niña quienes claramente son menores de 12 años, recitan el guion impuesto por el patrocinador. Una mamá afirma entonces, que el producto es delicioso y luego se interponen imágenes de niños y la marca del producto. Es adecuado mencionar, que SunTea contiene 10 gramos de azúcar por cada porción de 12 gramos, que habitualmente se utiliza en la preparación de un vaso de refresco, lo cual supera el nivel límite de azúcar que recomienda la OPS. Adicionalmente, contiene sucralosa, edulcorante no-energético que no debe ser consumido en la población infantil (13). Finalmente, no contiene ningún porcentaje de fruta, lo cual es un claro engaño para el consumidor, ya que el comercial presenta imágenes de frutas.

La razón instrumental de estas prácticas comerciales, está soportada en el hecho de que el reconocimiento y lealtad de marca tienen un valor comercial muy alto para la industria de bebidas azucaradas e intenta propiciarlas a temprana edad. La industria sabe además, que los primeros años de vida son cruciales para incorporar psicológica y neurológicamente, los sabores de alimentos y productos. Adicionalmente, las niñas y niños menores de 12 años no cuentan con la maduración psicológica, para analizar críticamente las motivaciones comerciales que hay detrás de un anuncio publicitario (14).

Ningún ser humano, y más la población infantil que cuenta con derechos prevalentes, debe ser utilizado como un medio o instrumento para perseguir un fin. Esta visión utilitarista y profundamente anti-ética de la industria de bebidas azucaradas, trata a la población infantil como simple objeto de consumo y vulnera no solo su salud, sino además, su dignidad humana.

Esta arremetida de la industria de bebidas azucaradas, coincide con la decisión que tomó la Super Intendencia de Industria y Comercio el pasado 7 septiembre, en la cual ordenó el cese de la difusión de un anuncio radial y televisivo, patrocinado por Educar Consumidores y la Alianza por la Salud Alimentaria, que muestra de manera veraz los riesgos que tiene para la salud humana, el consumo habitual de las bebidas azucaradas (ver anuncio: https://www.youtube.com/watch?v=7pCuFs1nAGM&feature=youtu.be).

En este contexto, la Organización Mundial de la Salud ha hecho un llamado a los Estados, para que regulen las estrategias de márquetin de la industria de alimentos y bebidas. Una de las recomendaciones de esta entidad es la siguiente: “Dado que la eficacia de la promoción depende de la exposición y el poder del mensaje, el objetivo general de las políticas debe ser reducir tanto la exposición de los niños como el poder de la promoción de los alimentos ricos en grasas saturadas, ácidos grasos de tipo trans, azúcares libres o sal” (15).

El Estado colombiano no ha adoptado estas recomendaciones. Desde mi perspectiva, el INVIMA tiene la mayor responsabilidad en esta situación. La ley 1355 de 2009 le ordena de manera clara a esta entidad: “regular, vigilar y controlar la publicidad de los alimentos y bebidas, con criterios de agilidad y eficiencia operativa en su funcionamiento, buscando la protección de la salud en los usuarios y en especial de la primera infancia y la adolescencia, teniendo en cuenta lo establecido por la Organización Mundial de la Salud – OMS, con respecto a la comercialización de alimentos en población infantil” (16). Han pasado 7 años desde la promulgación de esta ley y la única política del INVIMA, ha sido la de la inacción. Por otra parte, la Super Intendencia de Industria y Comercio censura de una manera injustificada y sin ningún soporte científico, un anuncio que tiene gran relevancia para la salud pública, mientras permite la emisión de comerciales como los de SunTea y otras bebidas azucaradas, que engañan de una manera flagrante a los consumidores.

Parece que las instituciones del Estado, escuchan más a la industria de bebidas azucaradas que a la ciudadanía. Una razón más para fortalecer organizaciones de la sociedad civil como la Alianza por la Salud Alimentaria.



Referencias bibliográficas

1. Rivera JA, Muñoz-Hernández O, Rosas-Peralta M, Aguilar-Salinas CA, Popkin BM, Willet WC. Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana. Salud Pública de Mex 2008;50:173-195.

2. Mourao D, Bressan J, Campbell W, Mattes R. Effects of food form on appetite and energy intake in lean and obese young adults. Int J Obes (Lond) 2007; 31(11): 1688-95.

3. DiMeglio DP, Mattes RD. Liquid versus solid carbohydrate: effects on food intake and body weight. Int J Obes Relat Metab Disord 2000; 24(6): 794-800.

4. DellaValle DM, Roe LS, Rolls BJ. Does the consumption of caloric and non-caloric beverages with a meal affect energy intake? Appetite 2005; 44(2): 187-93.

5. Te Morenga LA, Howatson AJ, Jones RM, Mann J. Dietary sugars and cardiometabolic risk: systematic review and meta-analyses of randomized controlled trials of the effects on blood pressure and lipids. The American Journal of Clinical Nutrition 2014; 100(1): 65-79.

6. Te Morenga L, Mallard S, Mann J. Dietary sugars and body weight: systematic review and meta-analyses of randomised controlled trials and cohort studies. British Medical Journal 2013; 346: e7492

7. Malik VS, Hu FB. Fructose and Cardiometabolic Health: What the Evidence From Sugar-Sweetened Beverages Tells Us. Journal of the American College of Cardiology 2015; 66(14): 1615-24.

8. Malik VS, Willett WC, Hu FB. Global obesity: trends, risk factors and policy implications. Nat Rev Endocrinol 2013; 9(1): 13-27.

9. Malik VS, Pan A, Willett WC, Hu FB. Sugar-sweetened beverages and weight gain in children and adults: a systematic review and meta-analysis. Am J Clin Nutr 2013; 98(4): 1084-102.

10. de Koning L, Malik VS, Kellogg MD, Rimm EB, Willett WC, Hu FB. Sweetened Beverage Consumption, Incident Coronary Heart Disease and Biomarkers of Risk in Men. Circulation 2012: 1735-41.

11. de Ruyter JC, Olthof MR, Seidell JC, Katan MB. A Trial of Sugar-free or Sugar-Sweetened Beverages and Body Weight in Children. New England Journal of Medicine 2012; 367(15): 1397-406.

12. Ebbeling CB, Feldman HA, Chomitz VR, et al. A Randomized Trial of Sugar-Sweetened Beverages and Adolescent Body Weight. New England Journal of Medicine 2012; 367(15): 1407-16.

13. Organización Panamericana de la Salud. Modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud. Washington, D.C. 2016. (Consultado el 1 de junio de 2016) Disponible en: http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/18622/9789275318737_spa.pdf?sequence=8&isAllowed=y

14. McGinnis JM, Gootman JA, Kraak VI, editors. Food marketing to children and youth: threat or opportunity? Washington (DC): The National Academies Press; 2006.

 15. Organización Mundial para la Salud. Conjunto de recomendaciones sobre la producción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños. Ginebra 2010. (Consultado el 1 de junio de 2011) Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44422/1/9789243500218_spa.pdf

16. Ley 1355 de 2009. (Consultado el 10 de septiembre de 2016) Disponible en: http://www.icbf.gov.co/cargues/avance/docs/ley_1355_2009.htm