sábado, 21 de diciembre de 2019

Breve respuesta a las afirmaciones erróneas realizadas por Camila Serna en su columna de El Tiempo.


Luis Fernando Gómez

En su columna de El Tiempo, titulada “El azúcar no es veneno”, Camila Serna asume que los patrones de alimentación son un asunto de decisiones individuales, llegando afirmar erróneamente que un niño o niña .. “sabe cuándo necesita comer algo salado y sabe parar cuando está lleno, inclusive de dulces; todo esto también es información que lo nutre” (vínculo para acceder a la columna: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/user-admin/el-azucar-no-es-veneno-columna-de-camila-serna-445762). Camila realiza otras afirmaciones que van en contravía del conocimiento actual en el área de la nutrición y desconoce toda la evidencia acerca de los riesgos de consumir niveles excesivos de azúcares adicionados, sodio y otros nutrientes críticos presentes en los comestibles ultraproceados.
Nuestro grupo de investigación divulgará el próximo año, el documento titulado: “Contraargumentos a los sectores que se oponen a acciones políticas efectivas para promocionar una alimentación saludable y prevenir la obesidad” (Gómez et al, en proceso de edición). Estos son algunos puntos que he tomado del mismo para contraargumentar las afirmaciones de Camila:   
-        Los patrones de alimentación están determinados por factores individuales, interpersonales, comunitarios, organizacionales y macrosociales (Story et al. 2008).
-        La industria de productos comestibles ultra-procesados invierte billones de dólares a nivel global, en estrategias de publicidad dirigidas a influenciar a las personas para que adquieran sus productos y, sin embargo, las culpabiliza por no tener control en sus patrones de consumo. Estas estrategias de márquetin y publicidad afectan de una manera significativa la toma decisiones de las personas, al generar un ambiente alimentario caracterizado por el predominio de opciones no saludables (Barnhill et al, 2013).
-        Las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad social y económica tienen limitaciones importantes en su autonomía, lo cual les impide tomar decisiones adecuadas con respecto a sus patrones de alimentación. Diversos estudios han encontrado que pertenecer a un bajo estrato socioeconómico, está positivamente asociado a patrones de alimentación no saludables (Merhout et al,  2019; Fernández-Alvira et al, 2014; Mayén et al, 2014).
-        Las preferencias relacionadas con el consumo de alimentos y productos comestibles, son adquiridas durante la infancia, no solo a través de la observación de los patrones de consumo de los padres sino, además, de la influencia ejercida por las diferentes estrategias de promoción y publicidad de la industria (Kotler et al, 2012).

No tiene sentido promocionar una alimentación saludable si no se modifica el contexto. Por este motivo debemos presionar al congreso a restringir el marketing de comestibles y bebidas no saludables. Existen otras acciones pero este sería un buen inicio.  

Referencias
Barnhill A, King KF. (2013) Ethical agreement and disagreement about obesity prevention policy in the United States. International journal of health policy and management 1(2): 117.
Fernández-Alvira JM, Bammann KPala VKrogh VBarba GEiben GHebestreit AVeidebaum TReisch LTornaritis MKovacs E1, Huybrechts IMoreno LA. (2014) Country-specific dietary patterns and associations with socioeconomic status in European children: the IDEFICS study. Eur J Clin Nutr.  68(7):811-21.
Gómez LF, Mora-Plazas M, Taillie S L. Contraargumentos a los sectores que se oponen a acciones políticas efectivas para promocionar una alimentación saludable y prevenir la obesidad. En proceso de edición.
Kotler J, Schiffman J, Hanson K. (2012) The influence of media characters on children's food choices. Journal of Health Communication. 17:8, 886-898
Mayén AL, Marques-Vidal P, Paccaud F, Bovet P, Stringhini S. (2014) Socioeconomic determinants of dietary patterns in low and middle income countries: a systematic review. Am J Clin Nutr. 100:1520-31.

Merhout FDoyle J. (2019) Socioeconomic Status and Diet Quality in College Students. J Nutr Educ Behav.  S1499-4046(19)30908-X.

Story M, Kaphingst KM, Robinson-O´Brien R, Glanz K. (2008) Creating healthy food and eating environments: Policy and environmental approaches. Annu. Rev. Public Health 29:253–72.


jueves, 12 de diciembre de 2019

Por qué es imposible una deliberación razonada con sectores industriales cuyos productos son nocivos para la salud


Luis Fernando Gómez Gutiérrez

Los discursos son formas reflexivas de comunicación o, en otras palabras, acciones orientadas al entendimiento y como tal están sujetos a reglas (1).

Las deliberaciones razonadas exigen que cada uno de los participantes exprese sus posturas de acuerdo a lo que realmente piensa, lo cual ha sido denominado como veracidad expresiva (2). Sin esta, la audiencia que participa en una deliberación no puede saber si una persona que representa a la industria, se opone a una acción política en el área de la salud pública por convicción personal o porque, simplemente, repite el libreto que le dicta el gremio o la corporación en la cual trabaja. Una situación similar se presenta con académicos o políticos que reciben apoyo de la industria.

Los voceros de la industria de comestibles ultra-procesados evitan discutir en forma pública y abierta acciones de salud pública que van en contra de sus intereses. Esta tarea es encomendada a asociaciones gremiales, las cuales recurren a todo tipo de tácticas para desorientar y manipular a la opinión pública (3,4).

No caigamos en la trampa. A la industria no le corresponde formular políticas de salud pública. Esa tarea la debe asumir la sociedad civil a través del congreso y de otras instituciones del estado. 

Posdata: Esta brevísima nota intenta brindar argumentos básicos acerca de este tema, lo cual nunca será posible a través de un trino. Sin embargo, sigue siendo muy limitada en términos conceptuales. Invito al lector interesado en el tema a revisar las referencias. 

Referencias

1) Finlayson JG. The Habermas-Rawls debate. Columbia University Press. 2019

2) Habermas J. Teoría de la acción comunicativa. Racionalidad de la acción y racionalización social (vol. I, página 144).  Taurus 2002.

3) Nixon L, Mejia P, Cheyne A, Wilking C, Dorfman L, Daynard R. (2015) We’re Part of the Solution”: Evolution of the Food and Beverage Industry’s Framing of Obesity Concerns Between 2000 and 2012. Am J Public Health. 105(11): 2228–2236.

4) Gómez LF, Mora-Plazas M, Taille LS. Contraargumentos a los sectores que se oponen a acciones políticas efectivas para promocionar una alimentación saludable y prevenir la obesidad. UNC, PUJ 2019.