El pasado 5 de agosto el científico Neil deGrasse Tyson
trinó el siguiente mensaje:
“En las últimas 48 horas, los Estados Unidos perdió horriblemente a 34 personas por tiroteos masivos. En promedio, en 48 horas
también perdemos:
500 (muertes) por errores médicos,
300 por gripa
250 por suicidio
200 por accidentes de carro
40 por homicidios por armas de fuego
A menudo nuestras emociones responden más por el
espectáculo que a los datos”
(deGrasse Tyson. Trino emitido el 5 de agosto de
2019. Vínculo: https://twitter.com/neiltyson/status/1158074774297468928)
Este desafortunado mensaje ilustra las notorias
limitaciones que tiene una visión estrecha del pensamiento utilitario en el
área de la salud pública. Esta vertiente de la filosofía moral, plantea que las
acciones humanas deben estar justificadas en función de la maximización de
utilidades o beneficios (1).
Una mirada utilitarista irreflexiva, como la que
parece tener el Doctor Neil deGrasse Tyson, justificaría la inacción del estado
en asuntos concernientes a la violencia generada por las armas, bajo el
argumento de que la sociedad debe invertir sus escasos recursos en otras acciones
que salven más vidas.
Este tipo de posturas son criticadas incluso, por varios pensadores utilitarios. Mill propuso una teoría utilitaria que
iba más allá de los beneficios inmediatos, al tener en cuenta las
consecuencias a mediano y largo plazo (2). En este caso, la violencia le genera
un enorme daño a la sociedad que no puede ser reducido al número de muertes.
Otros aspecto del pensamiento de Mill, que parece
desconocer el Doctor deGrasse Tyson, es la necesidad de diferenciar
cualitativamente los tipos de beneficios o padecimientos (2, 3). La muerte de
una persona debida a la complicación de una gripa es desafortunada y debe
ser evitada, pero una sola muerte por un tiroteo es una tragedia social. La
información cuantitativa es fundamental para orientar las acciones de salud
pública, pero no puede el único criterio. Los datos estadísticos deben
entrelazarse con deliberaciones éticas y morales, de lo contrario caemos en la
trampa de reducir los problemas a números.
Ideas finales:
Desde mi perspectiva, la salud pública es un quehacer
social de carácter pragmático que entrelaza argumentos utilitaristas y de
corrientes filosóficas que defienden la ética del deber.
Espero publicar en los próximos meses un libro sobre la
influencia del pensamiento utilitario y liberal en la salud pública.
Referencias
1) Driver, J. (2014)
The History of Utilitarianism. En: The Stanford Encyclopedia of
Philosophy Recuperado de https://plato.stanford.edu/archives/win2014/entries/utilitarianism-history/
2) Mill, JS. (2001) Utilitarianism.
Indianapolis: Hackett Publishing Company, Inc.
3) Smart, JJC.,
Williams, B. (1973) Utilitarianism for and against. New York: Cambridge
University Press.