jueves, 13 de octubre de 2016

Impuestos a las bebidas azucaradas: una medida con amplio apoyo social

Luis Fernando Gómez

De acuerdo a la evidencia actual, la implementación de un impuesto al consumo a las bebidas azucaradas, es una medida efectiva para prevenir la obesidad y la diabetes (1-13). Si los colombianos queremos que esta acción política tenga un alto impacto en la salud poblacional, la magnitud del impuesto debe ser superior al 20% (6). No se trata, sin embargo, de una formula milagrosa. Es necesario integrar esta medida con otras acciones políticas que han mostrado ser efectivas, como el control del márquetin y publicidad de alimentos y bebidas no saludables, la modificación de los entornos alimentarios, no solo en las escuelas, sino además en las universidades y ámbitos laborales. Este tipo de intervenciones requiere además, reestructurar los sistemas agrícolas y alimentarios, con el propósito de que la oferta de alimentos se dé a expensas, de alimentos no procesados cultivados localmente (14). Por último, es perentorio que estas acciones estén acompañadas de políticas públicas dirigidas a promocionar la actividad física (15).

Para algunos sectores sociales y de la industria de bebidas, la implementación de un impuesto es una injerencia indebida del Estado, en asuntos que le competen exclusivamente al individuo (16). La vertiente de liberalismo libertario propuesta por Robert Nozick, es especialmente crítica a este tipo de intervenciones, que denomina peyorativamente como paternalismo estatal. Para esta corriente de pensamiento, cada individuo debe tener plena potestad para decidir cómo quiere vivir y no debe tener ninguna coerción o limitación en sus patrones de consumo (17). Los libertarios consideran que el Estado paternalista se arroga el derecho de decidir cómo deben comportarse las personas y estigmatiza, bajo una mirada puritana, los goces de la vida relacionados con el consumo de diversos productos (18).

Estos argumentos aparentemente razonables, tienen varias falencias conceptuales. En primer lugar, detrás de los actos aparentemente libres y espontáneos de cada ser humano, subyace un marco de decisiones previas, leyes e instituciones; en otras palabras: un contexto que orienta nuestros comportamientos y reflexiones mentales (19). La obesidad es un problema social que no se explica por la simple sumatoria de actos individuales, relacionados con patrones de alimentación y actividad física. Las condiciones sociales, los entornos alimentarios escolares, el contexto publicitario y el precio de las bebidas y alimentos, entre otros aspectos, tienen una profunda influencia en la manera en que una persona se alimenta. En otras palabras, las decisiones que toman las personas con respecto a sus patrones de alimentación, están mediados por una compleja trama de factores contextuales (20).

Por otra parte, existe una contradicción de la industria al afirmar que el Estado no debe interferir en las fuerzas que operan el mercado. Las bebidas azucaradas no tienen impuesto al consumo en Colombia, lo cual les permite tener una posición privilegiada con respecto a otros productos. Esta situación se debe posiblemente, al poder económico y político que ejerce este sector en los diferentes estamentos gubernamentales. En este sentido, el Estado se ha comportado de una manera paternalista con la industria y, por el contrario, escucha muy poco a la ciudadanía. Un ejemplo vergonzoso de este paternalismo estatal de tipo corporativo, fue la decisión que tomó la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) el pasado 7 de septiembre, dirigida a retirar la difusión de un anuncio radial y televisivo, que mostraba de manera certera los riesgos del consumo de las bebidas azucaradas (https://www.youtube.com/watch?v=7pCuFs1nAGM&feature=youtu.be). Aun para un libertario, esta acción de la SIC atentaría contra el derecho a la libre expresión.

Por último, amplios sectores de la sociedad civil colombiana, agrupados en la Alianza por la Salud Alimentaria y Educar Consumidores, han impulsado y respaldado la implementación del impuesto. Una encuesta llevada a cabo recientemente por Educar Consumidores y Infométrica, encontró que 7 de cada 10 colombianos respaldan la implementación de esta medida económica (21). Bajo estas circunstancias, el impuesto no es una simple medida prescriptiva del Estado y ha permitido generar deliberaciones, acerca de las maneras como los colombianos nos alimentamos y de cómo estos patrones de consumo, se explican por diversos factores del contexto. En este sentido, las discusiones que se han dado alrededor de este impuesto saludable, permiten preparar el terreno para otras acciones políticas en el área.
  
Referencias
1.    Brownell KD, Farley T, Willett WC, et al. The Public Health and Economic Benefits of Taxing Sugar-Sweetened Beverages. New England Journal of Medicine 2009; 361(16): 1599-605.
2.    Colchero MA, Popkin BM, Rivera JA, Ng SW. Beverage purchases from stores in Mexico under the excise tax on sugar sweetened beverages: observational study. BMJ 2016; 352.
3.    Andreyeva T, Chaloupka FJ, Brownell KD. Estimating the potential of taxes on sugar-sweetened beverages to reduce consumption and generate revenue. Preventive medicine 2011; 52(6): 413-6.
4.    Andreyeva T, Long MW, Brownell KD. The impact of food prices on consumption: A systematic review of research on the price elasticity of demand for food. Am J Public Health 2009; 100(2): 216-22.
5.    Escobar MAC, Veerman JL, Tollman SM, Bertram MY, Hofman KJ. Evidence that a tax on sugar sweetened beverages reduces the obesity rate: a meta-analysis. BMC public health 2013; 13(1): 1.
6.    Caro C. SN, BM Popkin. . Working paper. “Estimating price elasticities of demand for beverages and unhealthy foods in Colombia. In: Program GFR, editor. Chapel Hill, NC: University of North Carolina; 2016.
7.    Powell LM, Chriqui JF, Khan T, Wada R, Chaloupka FJ. Assessing the potential effectiveness of food and beverage taxes and subsidies for improving public health: a systematic review of prices, demand and body weight outcomes. Obesity Reviews 2013; 14(2): 110-28.
8.    Jones-Smith JC, Gordon-Larsen P, Siddiqi A, Popkin BM. Emerging disparities in overweight by educational attainment in Chinese adults (1989-2006). Int J Obes 2012; 36(6): 866-75.
9.    Falbe J, Thompson HR, Becker CM, Rojas N, McCulloch CE, Madsen KA. Impact of the Berkeley Excise Tax on Sugar-Sweetened Beverage Consumption. American Journal of Public Health 2016: e1-e7.
10. WHO Regional Office for Europe (Nutrition Physical Activity and Obesity Programme ). Using price policies to promote healthier diets. In: Lifecourse DoNDat, editor. Brussels: WHO European Regional Office; 2015. p. 41.
11. Briggs ADM, Mytton OT, Kehlbacher A, Tiffin R, Rayner M, Scarborough P. Overall and income specific effect on prevalence of overweight and obesity of 20% sugar sweetened drink tax in UK: econometric and comparative risk assessment modelling study. BMJ 2013; 347.
12. Long MW, Gortmaker SL, Ward ZJ, et al. Cost Effectiveness of a Sugar-Sweetened Beverage Excise Tax in the U.S. American Journal of Preventive Medicine 2015; 49(1): 112-23.
13. Veerman JL, Sacks G, Antonopoulos N, Martin J. The Impact of a Tax on Sugar-Sweetened Beverages on Health and Health Care Costs: A Modelling Study. PLoS ONE 2016; 11(4): e0151460.
14. Food Climate Research Network, Chatham House. Policy and actions to shift eating patterns: What works? 2015.
15. Gomez LF, Sarmiento R, Ordoñez MF, Pardo CF, de Sa T, Mallarino CH, Miranda JJ, Mosquera J, Parra DC, Reis R, Quistberg DA. Urban environment interventions linked to the promotion of physical activity: A mixed methods study applied to the urban context of Latin America. Social Science & Medicine. 2015;131:18-30.
16. Novak J. Nanny state taxes: soaking the poor in 2012. Institute of Public Affairs. 2012. Disponible en: https://www.ipa.org.au/library/publication/1335389416_document_novak_nannystatetaxes.pdf
17. Jochelson K. Nanny or steward? The role of government in public health. Public health. 2006;120:1149-1155.
18. Moore M, Yeatman H, Davey R. Which nanny – the state or the industry? Wowsers, teetotallers and the fun policy in public health advocacy. Public health. 2015;129:1030-1037.
19. Rayner G, Lang T. Ecological public health: Reshaping the condition for good health. Routledge, New York 2012.
20. Story M, Kaphingst KM, Robinson-O'Brien R, Glanz K. Creating healthy food and eating environments: Policy and environmental approaches. Annual Review of Public Health. 2008;29:253-272.

21. Educar Consumidores y Infométrica. Percepción sobre el consumo de bebidas azucaradas en Colombia. Octubre, 2016.