Luis Fernando Gómez Gutiérrez
Marzo de 2020
Párrafos extractados
del libro “Democracia deliberativa y salud pública”, en el cual se aborda el
concepto de veracidad expresiva y su relevancia en salud pública (Gómez, 2017).
“Beck
concibe el riesgo como escenificación de las catástrofes, pero esto no quiere
decir que tengamos certeza de lo que ocurrirá en el futuro. Sin embargo, la
percepción creciente de los riesgos globales y la anticipación de las
catástrofes generan circunstancias favorables para llegar a consensos sociales
y plantear acciones para evitarlas. En este sentido, Beck (2009) diferencia los
conceptos de temor y miedo. El temor está vinculado con la manera en que las
personas reaccionan ante amenazas directas e inmediatas. En el área de la salud
correspondería, por ejemplo, a la susceptibilidad percibida que tengan las
personas con respecto al contagio de enfermedades infecciosas que tienen
periodos de incubación cortos. El temor está más relacionado con intereses
personales o de índole comunitaria.
Por
el contrario, el miedo no está vinculado a una amenaza física inminente, sino
que en este se anticipa el peligro a largo plazo a un grupo o a toda la
humanidad, lo cual denomina Beck miedo global. En este caso, no está presente
una amenaza directa a la propia existencia, sino una preocupación por el futuro
de la especie. Esta es una situación que brinda la posibilidad de generar
discusiones éticas y morales que pueden derivar en acciones políticas globales
a muy largo plazo. Si bien en las deliberaciones sociales y el discurso
político el temor y el miedo se entrelazan estrechamente, su distinción permite
destacar la relevancia de conectar acciones locales y globales en el área de la
salud pública.
Los
riesgos globales, como el cambio climático global y sus efectos negativos para
la salud humana, no pueden ser enfrentados por una comunidad o en las fronteras
de los Estados modernos ni en escalas temporales vinculadas con la percepción
de riesgos inmediatos. Surge una preocupación creciente por sucesos que podrían
experimentar los descendientes de esta generación. Así mismo, las
circunstancias sociales de las personas que viven a miles de kilómetros
comienzan a importarnos, debido a las nuevas dependencias generadas por los
crecientes riesgos globales. En este sentido. Beck (2009) afirma que el “otro
global” está con nosotros, aunque no lo queramos y aunque se transforme en
competidor de nuestros empleos. Necesariamente, debemos acordar acciones con
ese otro global, si queremos enfrentar los riesgos globales.
Las
consecuencias inmediatas y a largo plazo de los riesgos globales abren la
posibilidad de que las sociedades logren consensos para enfrentar estos
desafíos por fuera de los territorios de los Estados. Esto, paradójicamente,
motiva a algunos gobiernos y a sus sociedades a generar nuevas barreras. Sin
embargo, el riesgo crece a medida que intentamos responder siempre con solo
respuestas de este tipo. Beck (2009) plantea que esto genera una situación
contradictoria, ya que se construyen nuevas barreras y se insiste en que lo
podemos resolver solos sin recurrir al otro global, al tiempo que crece
simultáneamente la idea de que necesitamos nuevas formas de fusión social y de
prácticas sociales por parte de toda la humanidad, para dar respuesta a estos
desafíos.”
Gómez LF. Democracia deliberativa y salud pública.
Editorial Javeriana, 2017. https://www.researchgate.net/publication/329286014_Democracia_deliberativa_y_salud_publica
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